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  • Cáncer de esófago, en alza: por qué aumentan los casos y quiénes deberían controlarse

    » Clarin

    Fecha: 29/04/2024 18:08

    El ex presidente de Uruguay, José "Pepe" Mujica, anunció que tiene un tumor en el esófago. Si bien el cáncer de esófago es de baja incidencia tanto en Uruguay como en Argentina, la frecuencia de uno de sus tipos, el adenocarcinoma, "está aumentando rápidamente" a nivel mundial, según advierte desde hace algunos años la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC), asociado principalmente al avance de la obesidad, el exceso de grasa abdominal y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Si bien el cáncer de esófago es poco frecuente (según el IARC, en Argentina produce menos de 2000 casos al año y en Uruguay menos de 300, el 1,5% y el 1,7% de todos los tumores, respectivamente), el alza en la incidencia de adenocarcinoma es observado con preocupación a nivel global. "El cáncer de esófago es poco frecuente, pero el adenocarcinoma aumentó mucho su prevalencia en los ultimos 30 años. En occidente, se incrementó mucho más rápido que otros tumores", subrayó a Clarín el médico endoscopista Alejandro Nieponice, jefe de la Unidad de Esófago de la Fundación Favaloro y vicepresidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE). "Si bien sigue siendo más frecuente después de los 65 años, hoy con los malos hábitos hay mucha más población joven que con el tiempo termina desarrollando la enfermedad", añadió Nieponice, que es también cirujano esófago-gástrico. Dos tipos de cáncer de esófago Hay dos tipos de cáncer de esófago: el adenocarcinoma y el epidermoide o escamoso. No se informó cuál de ellos afecta al ex presidente uruguayo. El esófago es como un tubo, graficó en diálogo con Clarín Lisandro Pereyra, gastroenterólogo endoscopista del Hospital Alemán y miembro de ENDIBA (Endoscopistas de Buenos Aires). "El adenocarcinoma aparece en la última partecita, donde termina. Ese tipo se relaciona con el reflujo, que va lastimando, y puede generar una llaguita y, en algunos pacientes, puede generar esófago de Barrett, que es como una cicatriz, que se asocia a un aumento del riesgo de cáncer de esófago". Entre los pacientes que viven con la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), entre un 5% y un 12% a nivel mundial tienen esófago de Barrett, que es la forma más severa de ERGE. Aclaración válida: no todas las personas con reflujo desarrollarán esófago de Barrett, ni todas las personas con Barrett evolucionarán a cáncer de esófago. Esas condiciones incrementan el riesgo pero no son determinantes. "El epidermoide o escamoso, el otro tipo de cáncer de esófago, aparece mucho más arriba, en el medio y no se relaciona al reflujo, sino a otros factores, como la obesidad, el tipo de alimentación, algunas enfermedades sistémicas", apuntó Pereyra. La edad avanzada, el sexo masculino, la obesidad, el tabaquismo y el consumo de alcohol también se asocian con un mayor riesgo de cáncer de esófago. ¿Y las bebidas calientes, como el mate? Las bebidas muy calientes se encuentran clasificadas como probables carcinógenos para los seres humanos (en el grupo 2A). Esto se basa en evidencia limitada de estudios epidemiológicos que revelaron relaciones positivas entre el cáncer del esófago y el consumo de bebidas muy calientes (a más de 70º C). "Hay una asociación entre el cáncer de esófago epidermoide y la ingesta de líquidos calientes. El mate es solo uno de ellos, pero también están el té y el café. Y no es la principal causa que pueda estar involucrada en lo que es el desarrollo de cáncer de esófago, también está el hábito de fumar, el alcohol", señaló a este diario Nicolás González, gastroenterólogo endoscopista del Hospital Británico de Montevideo, Uruguay. El alcohol y el tabaquismo aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de esófago epidermoide. "Nosotros tenemos tasas de países desarrollados, salvo algunas regiones del Uruguay que tienen mayor incidencia de este tipo de tumores. Hacer una relación lineal entre mate y cáncer de esófago está equivocado. Son diferentes condiciones epidemiológicas que tienen que ver con hábitos alimenticios, con el tabaquismo, el alcohol, también podemos poner el mate, igual que en el resto de los países desarrollados, pero no podemos hacer una relación lineal", coincidió Laura Vera, presidenta de la Sociedad de Oncologia del Uruguay. Tomar bebidas muy calientes se asocia a más riesgo de cáncer epidermoide, pero no el mate en sí. Foto Shutterstock. Tanto en Argentina como en Uruguay, campeones del consumo de mate, el cáncer de esófago no está entre los más frecuentes. González precisó que en su país ocupa el cuarto lugar en su país entre los cánceres digestivos: en primer lugar (por lejos) se ubica el de colon, seguido por el de estómago, páncreas y recién después aparece el de esófago. "Uruguay no tiene cifras de incidencia mayores a otros países en cuanto a cáncer de esófago, a pesar de que el 98% de nuestra población toma mate, aunque sea en forma ocasional", zanjó Carolina Olano, profesora de la Cátedra de Gastroenterología de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, en Uruguay. El desafío de la detección temprana A raíz del avance en el número de casos de cáncer de esófago a nivel mundial, la comunidad científico-médica está trabajando para tratar de establecer quienes necesitarían realizarse una endoscopia de control más temprano. "Para pesquisar, es decir, para ver si al paciente que tengo enfrente tengo que someterlo a una endoscopia, todavía tenemos poca evidencia", dice Pereyra. "Estamos tratando de identificar cuáles son los pacientes con mayor riesgo para ser estudiados, diagnosticados en forma temprana y controlados." A diferencia del cáncer de colon (el cáncer digestivo más frecuente en Argentina y Uruguay), no hay indicado screening en población general para detectar cáncer de esófago en forma temprana. ¿Por qué? Los especialistas sostienen que no se trataría de una medida costo-efectiva, dada su baja incidencia, y que en este caso no está tan clara y establecida la estrategia de prevención. "Cuando uno habla del screening, es decir, de detectar en forma temprana a los pacientes en mayor riesgo, lo que está propuesto son: quienes tengan síntomas de reflujo de larga data, fundamentalmente varones, mayores de 50 años, y sobre todo si tienen sobrepeso-obesidad y son fumadores", precisaba en una nota de 2022 con Clarín Jorge Olmos, jefe de la Sección Neurogastroenterología del Hospital de Clínicas. También quienes tengan antecedentes familiares. El médico apuntaba que en quienes presenten al menos tres de estos factores, se recomienda hacer una endoscopia (una exploración del esófago mediante un endoscopio). Si se les detecta esófago de Barrett, deben ser controlados de cerca. "Tenemos ahora terapias endoscópicas como la mucosectomía, la radiofrecuencia, que permiten un tratamiento de las lesiones sin resecar el esófago. Esto ha cambiado la historia de estos pacientes." Llamado de atención Los especialistas coinciden en que además de aumentar el rastreo, también es clave la concientización sobre evitar la mala alimentación y la obesidad, el tabaquismo, el consumo de alcohol y el tabaco, que aumentan el riesgo de reflujo crónico, de esófago de Barrett y de cáncer de esófago. El reflujo crónico severo de larga data también es un factor de riesgo para adenocarcinoma, incluso sin el antecedente del Barrett, destacaba Olmos. Y en ese sentido, Nieponice advierte sobre la importancia de no automedicarse: "Si tenés un reflujo mal manejado, no te automediques, consultá con el médico", concluyó. ***

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