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  • Con otro nombre, vuelve Ganancias: un impuesto para “salvar la ropa”

    » La voz

    Fecha: 29/04/2024 05:08

    Con el dictamen de mayoría del paquete de reformas fiscales que envió el gobierno Nacional comenzó a materializarse la reversión del impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría, un tributo cuyo aporte es fundamental para que las provincias recuperen recaudación. Ese paquete, junto a la “ley bases”, comenzará a debatirse este lunes en Diputados. Un paso clave que busca dar el gobierno de Javier Milei. Ecolatina recordó que desde que asumió, el libertario enfatizó la necesidad del ordenamiento de las cuentas públicas y estableció el ancla fiscal como driver de la política económica, con la credibilidad como factor central de la estrategia monetaria-cambiaria. El resultado fiscal superavitario obtenido en el primer trimestre (por primera vez en 14 años) le dio un respiro al Gobierno, en línea con la meta del superávit primario del 2% del PBI para este año. Sin embargo, las dudas se mantienen. ¿Cómo evolucionará la recaudación en recesión? ¿Cuál será el impacto de las partidas del gasto previsional ajustadas ahora por inflación? El primer punto, la recaudación en plena recesión, inquieta a las provincias que ya sintieron el golpe de la modificación en el impuesto a las Ganancias que si bien volverá a tener vigencia, alcanzará ahora a 500 mil contribuyentes en lugar del millón anterior, estiman los tributaristas. Aquella rebaja al calor de la campaña presidencial y con la conducción de la CGT sentada en el palco, proyectó un sacrificio fiscal de 1 billón de pesos por año. La CGT y la CTA apoyaron a Sergio Massa en la campaña electoral. (La Voz/ Archivo) Ecolatina advirtió, asimismo, que en algún momento deberá reducirse el impuesto Pais si el Gobierno quiere salir del cepo, con lo cual también se producirá un impacto. La buena, en el corto plazo, será la liquidación de la cosecha gruesa que incrementará lo recaudado vía retenciones. La mayor cantidad de dólares fluirá hasta junio- julio, moderándose en la segunda parte del año. Por ello, más allá de los fundamentos ideológicos de la batalla política, los analistas consideran vital la aprobación del nuevo paquete fiscal y la “ley bases”, con el regreso del impuesto a las Ganancias y lo que se pueda conseguir por el lado del blanqueo. ¿Qué ocurriría si el Gobierno no consigue sacar la ley? Como en algún momento dijo el ministro de Economía, Luis Caputo, “habrá más ajuste” en el gasto. Nuevo impuesto En el proyecto que evaluará al Congreso, el ahora llamado impuesto a los Ingresos Personales, reúne las siguientes características: se establece un nuevo piso salarial, donde los asalariados solteros sin cargas de familia pagarán a partir de una remuneración bruta mensual de $1.800.000. En términos netos, esto equivale a un salario de $1.494.000 mensuales. Para el caso de los casados, con dos hijos, la cifra es de $2.200.000. Además, se contempla un esquema de alícuotas progresivas que van del 5% al 35% y el regreso de las deducciones personales, que se incrementan alrededor de un 185% con respecto a los valores de septiembre 2023. Como contrapartida, se excluyen las deducciones por viáticos y gastos de movilidad, y se contempla la eliminación de exenciones fiscales vigentes, como las diferencias entre horas extras y horas ordinarias por el trabajo hecho en feriados, días inhábiles y fines de semana; bonos por productividad y los ingresos de guardias médicas. Por otra parte, el mínimo no imponible, deducciones personales y montos que definen las escalas se actualizarán discrecionalmente por el Ejecutivo durante 2024. A partir de 2025, estos parámetros se ajustarán anualmente según la variación del IPC (Índice de Precios al Consumidor) observada en octubre en comparación con el mismo mes del año anterior. El Ieral-Fundación Mediterránea, conducido ahora por Osvaldo Giordano, consideró que estos cambios implican de hecho una modernización del tributo. “Partiendo de una situación en la que el impuesto ha perdido relevancia dentro del sistema tributario, el proyecto va en el sentido de tender a incorporar las mejores prácticas a nivel internacional”, señaló. De las reformas propuestas en el proyecto, las de mayor relevancia son que se “reduce el monto de salarios a partir del cual se comienza a pagar el impuesto desde el nivel atípicamente alto al que lo había llevado la reforma del año pasado” que era 3,6 veces el Producto Bruto Interno per capita, contra una vez de promedio en América Latina ó 0,6 en Brasil. Aún así, Argentina “queda en un nivel superior al promedio de Latinoamérica y muy superior al promedio de los países desarrollados”. “Esto tiene consecuencias muy importantes ya que mientras más restrictiva es la aplicación del tributo menor es su impacto redistributivo”, agrega el Ieral. El proyecto suaviza también el ritmo de suba de las alícuotas legales con que son alcanzados los contribuyentes, “generando una progresividad más razonable y más acorde a la evidencia internacional”, señala el estudio puesto a disposición del Congreso. Con eso se evita que los contribuyentes escalen rápido hasta la mayor de las alícuotas, el 35%. Con anterioridad se llegaba a ese nivel con cinco pasos. Pero ahora, de aprobarse la norma, serán nueve escalones para llegar a la cima de la tributación. La actualización de los parámetros y la eliminación de exenciones fueron otros dos aspectos evaluados. En cuanto al primero, para los actuales niveles de inflación, en baja pero todavía altos, la actualización anual de los parámetros que fija el proyecto de ley “no luce conveniente”. Ante la presión opositora, el Gobierno accedió a que haya una actualización trimestral este año (sería en setiembre) y que, a partir del año próximo, sea semestral. Además, de modo semestral se producirá la actualización de los topes de facturación en las distintas escalas del régimen de monotributo. Respecto de las exenciones, “la aplicación del impuesto sobre la totalidad de la remuneración es también un avance hacia la adopción de buenas prácticas tributarias”, apunta el Ieral. Ello en función de que personas en la escala más alta de tributación del impuesto terminan pagando menos aportes a la seguridad social que quienes se sitúan por debajo.

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