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  • La Biblioteca Argentina le da la bienvenida al legado de Angélica Gorodischer

    » La Capital

    Fecha: 28/04/2024 16:31

    A través de la muestra "Literatura imperial", el espacio municipal expondrá algunos de los 5 mil libros, además de objetos, muebles y documentos, que la escritora donó a la ciudad Cada vez que se escapaba a ver cine francés, algo que su madre no le tenía permitido, Angélica Gorodischer decía una pequeña mentira, de esas "piadosas": contaba que pasaría su tiempo en la Biblioteca Argentina Juan Álvarez (pasaje Álvarez 1550). Como dudar de los dichos de la entonces adolescente, si el espacio municipal estaba entre sus predilectos y más frecuentados. Quizá algo de todo eso explique su decisión de legar a la ciudad y a la biblioteca en particular gran parte de su colección personal de libros y documentos, además de muebles y objetos, que desde este martes podrán verse hasta el 31 de julio en la muestra "Literatura imperial". Ya el nombre mismo de la exhibición es un homenaje a su libro de relatos "Kalpa Imperial" , cuenta la curadora de la biblioteca Marcela Römer , y no deja de señalarla como "una bienvenida" del espacio municipal a la donación que la escritora explicitó en las "muchas" cartas escritas antes de su muerte, como dijo su hijo Sergio a La Capital, y que concretó al poco tiempo su familia. Tras una apertura que quedó pendiente la semana pasada por el apoyo de la biblioteca a la movilización nacional en defensa del sistema universitario y la educación pública, la propuesta inaugurará finalmente el jueves 2 de mayo y abrirá al público no solo el universo de de la autora, porteña de nacimiento y rosarina por adopción, sino también a los objetos que la acompañaron en la producción de su obra de ciencia ficción, fantasía y literatura infantil. Gorodischer, reconocida con numerosos premios, incluyendo el Konex y el Mundial de Ciencia Ficción, refleja a través de las cosas que le pertenecieron parte de su vida íntima, parte de su trayectoria literaria, sus ideas y el mundo creativo. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Secretaría de Cultura y Educación Rosario (@culturarosario) Para quienes la recorran, la exhibición será una oportunidad de redescubrir a una autora que, en boca de los organizadores, "es fundamental de la literatura argentina y latinoamericana". Además será una invitación a reflexionar sobre su obra y su legado. El espacio podrá visitarse de lunes a viernes, de 8 a 19, y los sábado, de 9 a 13.30. Angélica, por Römer "Angélica fue una escritora de una personalidad intensa y avasallante, claramente como todo intelectual de alto rango que tiene algo que decir sobre lo que piensa en torno al mundo que lo rodea. Los nombres de sus cuentos y obras literarias dan ideas de pensamientos atravesados por infinitas lecturas unidas al consumo visual que realizaba a diario", escribe la curadora de la muestra sobre la autora y señala que todo eso "sucedió todos los días de su vida sobre su hermoso escritorio de roble iluminado con su lámpara de bronce vintage", que son parte de la exposición. A través de un texto de presentación y el trabajo de selección de objetos y libros, realizado entre los más de cinco mil volúmenes entregados por la familia a la biblioteca, Römer amplía que la propia Gorosdischer la marcó en vida al decir en una entrevista: "Si uno lee los diarios y mira televisión tiene que ser feminista". >>Leer más: Angélica Gorodischer: Si uno lee los diarios y mira tiene que ser feminista" "Sus ideas feministas existieron siempre en su derredor e imaginario conceptual. Sostenía que la mujer puede y debe sentirse un ser íntegro y autoabastecido en compañía de lo masculino, pero para nada dependiente -marca la curadora-. Situada en las filas del feminismo en presencia y acto teórico, no le gustaba que la mujer se ubicara en un lugar de víctima o de imposibilidad, actitud que impulsaba a pensar que siempre se puede hacer y construir aunque haya momentos de parálisis o inacción". Su oralidad y las charlas que supo tener con otros escritores y personajes de la cultura que le fueron contemporáneos también están entre lo que Römer destaca. "Cuando comenzaba a hablar era tan fuerte como leerla, te olvidabas al instante de todo lo visual. El poder de su palabra era extremo, intenso, directo y cuestionador", escribe para definirla y la recuerda durante su distinción en la Biblioteca Nacional, cuando Alberto Manguel era su director. "Tuvieron una charla muy divertida. En esa conversación se la puede ver totalmente lúcida haciendo chistes literarios y contando sus autores preferidos, mencionando a su esposo, que fue el amor de su vida, el arquitecto que le construyó en su propia casa un reducto para poder escribir en total comodidad. Se adoraban profundamente, amor que también compartió con sus tres hijos", agrega. >>Leer más: Angélica Gorodischer legó sus libros a uno de sus sitios favoritos: la Biblioteca Argentina El legado Angélica falleció el 5 de febrero del 2022, a los 93 años, en su casa de la zona sur, esa misma que le había construido "el Goro", como ella amorosamente lo llamaba. Ese fue uno de los deseos que le había planteado a sus tres hijos y que ellos respetaron. A pocas semanas de su muerte, su hijo Sergio relató a este diario que la escritora había dejado cartas con indicaciones precisas en torno a lo que deseaba no solo respecto de sus últimos días, su propia muerte y su entierro, sino además sobre el destino de las que fueron sus cosas más preciadas. Qué cosas debían quedar en mano de su hija, cuáles en mano de nieta, qué debía decir en su lápida y más, con lúcida precisión, Angélica planificó su legado y entre todo eso estaban los libros que ocupaban su escritorio, sus muebles, y sus lámparas y sus objetos. Si bien su deseo fue que parte de los libros fueran enviados a la Biblioteca Manuel Belgrano de Los Quirquinchos, pueblo natal de su amigo el poeta Jorge Isaías, cinco mil volúmenes -de los cuales unos mil ya están catalogados- llegaron a la Biblioteca Argentina, uno de sus lugares "preferidos" en la ciudad. "Era su templo del saber en la ciudad", contó su hijo Sergio, y señaló que cada vez que su madre hablaba de "la biblioteca" sin aclaraciones, se refería a la Biblioteca Argentina. Que sus cosas estén allí, que puedan ser vistas y que sus libros puedan ser leídos y releídos es parte del proceso natural de su vida que, quizá, comenzó en aquellas tardes en que con una mentira -de esas "piadosas"- se escapaba a ver cine francés diciendo que iba a "la biblioteca".

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