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  • ¨El RIGI va a incrementar la transferencia de riqueza Argentina al extranjero¨

    » El Ancasti

    Fecha: 28/04/2024 16:27

    El perverso modelo de concentración de la riqueza que se da hoy a nivel mundial, donde según algunas estadísticas realizadas el 1% acumula el doble de la riqueza del resto de la población mundial, recibe desde Argentina un aporte importante, ya que aquí impera un modelo de transferencias de riqueza al extranjero, desde lugares claves de la economía como la banca, el comercio exterior, los servicios públicos, el petróleo, el gas y la minería. Todos estos sectores están altamente extranjerizados y gozan de regímenes especiales que les dan beneficios por encima de otras áreas de la economía. Podemos citar la Ley de Entidades Financieras de Martínez de Hoz que todavía está vigente y le permite a los bancos extranjeros pagar pocos impuestos y brindar escasos servicios crediticios, como también la Ley de Inversiones Mineras de la Nación, a la cual está adherida la provincia de Catamarca y que le da una serie de eximiciones impositivas, generando una competencia desleal con otras áreas de la economía e inclusive permitiéndoles a las empresas mineras que a través de una simple declaración jurada nos informen a nosotros la cantidad de riqueza que se llevan. Se dio el caso que cuando se explotaba Bajo la Alumbrera, la empresa declaraba que se llevaba 3 minerales (oro, plata y cobre) pero cuando se produce la rotura del mineroducto y se contamina la cuenca del rio Sali-dulce, las provincias de Tucumán y Santiago del Estero, presentan una denuncia penal en el Juzgado Federal de Tucumán y este decide ordenar peritajes, que incluían análisis químicos de lo que se transportaba en el mineroducto y se detectó que iban 53 minerales más que no estaban declarados, lo que según diversos cálculos, significaba un contrabando de más de 8 mil millones de dólares anuales. Pero evidentemente la transferencia de nuestra riqueza de manera legal e ilegal a los países centrales es sin dudas, la causa fundamental de nuestra pobreza, esto es algo que lo tenían bien en claro la generación de jóvenes idealistas que hicieron realidad la emancipación nacional como Mariano Moreno, Juan José Castelli, Manuel Belgrano, José de San Martin, Martin Miguel de Güemes, etc. Su lucha tenía un sentido, si dejábamos de ser colonia, también dejábamos de transferir riqueza a la metrópolis y como decía Belgrano “vamos a dejar de exportar cueros y vamos a pasar a exportar zapatos y carteras”. Lamentablemente la actual clase política argentina (incluido Milei que también es político) ha olvidado esto o prefiere olvidar, y lo peor es que está decidida a profundizar este modelo de transferencia de riqueza, desde nuestra patria al extranjero, evidentemente las ¨comisiones¨ que reciben por debajo de la mesa son demasiado jugosas y hay una disputa para ver quien llega más lejos, en la entrega del país. Si la Ley de Inversiones Mineras del gobierno de Carlos Menem que está plenamente vigente es funcional a este saqueo, el RIGI (Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones) es mucho peor: Ya que se trata de gigantescos beneficios fiscales, aduaneros, cambiarios y garantías estatales que violan y lesionan seriamente nuestra soberanía, es en definitiva la entrega absoluta de los recursos naturales y la imposibilidad de desarrollarnos como una nación industrializada en el corto y mediano plazo. Este régimen va a sostener de manera firme la brutal primarización y extranjerización de nuestra economía, la destrucción del entramado industrial nacional, aceptando mansamente el rol que nos dio el mundo, en el marco de la División Internacional del Trabajo, de ser meros productores de materias primas. El RIGI es peligroso para nuestra economía, porque en base al argumento habitual de que se necesita generar empleo y atraer inversiones se recurre al mismo argumento de siempre, de que la inseguridad jurídica y el exceso de regulaciones son las que impiden que la inversión extrajera llegue a nuestro país, pero establece beneficios y exenciones inéditas a nivel mundial que no las da ninguna nación desarrollada. • Libre importación de bienes de capital e intermedios, sin control de dumping ni impuestos (maquinaria, tecnología, insumos, servicios) (art. 187 y ss.); • Se reducen al mínimo los impuestos (art. 180 y ss.), discriminando a otras empresas locales; • No se ven obligados a ingresar al país las divisas que obtienen por exportación (art. 195), generando balance negativo de divisas; • No hay obligación de abastecer al mercado interno, ni siquiera en caso de fuerza mayor como catástrofes, pandemias o guerras (art. 197); • No hay obligaciones de desarrollar la investigación y desarrollo local, ni el agregado de valor, así como tampoco de transferencia de tecnología; • No establece controles sobre el origen de los fondos; • No tiene requisitos de contratación de mano de obra local; • Garantiza que no se producirán cambios normativos (tributarios, aduaneros, cambiarios) a nivel nacional, y que en caso de litigio se dirimen en tribunales internacionales (art. 162, 198, 218 y otros). No hay dudas de que esto va a actuar como un poderosos desincentivo a la producción, la industria y el agregado de valor local y sin duda es una competencia desleal para las pymes locales. Al no establecerse controles sobres el origen de los fondos, se convierte a nuestro país en una zona liberada para el lavado de dinero del narco tráfico, de la venta ilegal de armas y de otras actividades ilícitas. En este contexto, es lamentable que los gobernadores de la mesa del litio hayan manifestado su respaldo a esta iniciativa, que le da condiciones leoninas a empresas extranjeras y que reduce a la Argentina a la condición de colonia económica en el más estricto sentido del término. Cuando en el siglo XIX Argentina acepta integrarse al mundo bajo los designios de Gran Bretaña, aceptando la división internacional del trabajo que esta imponía y que nos condenaba a ser solamente el “granero del mundo”, es decir productores de materias primas y no de bienes industriales, que debíamos importarlos de Inglaterra, la burguesía terrateniente de Buenos Aires, que fue la que realizo este acuerdo, se guardó para si el privilegio de ser ellos los importadores de esos productos industriales, obteniendo de esa manera jugosas ganancias en la entrega del país. Esto mismo pasa ahora con la riqueza minera, cuando vemos que la burguesía política que gobierna Catamarca es socia de las corporaciones extrajeras prestando bienes y servicios con sus empresas en las áreas de la salud, de la construcción, de la gastronomía y de la subcontratación de trabajadores, a los que los explotan pagándoles menos de la mitad de los que establecen los convenios. Es imprescindible constituir un arco opositor de dirigentes políticos, empresariales, científicos, intelectuales, periodistas, dirigentes sindicales, representantes de comunidades originarias, etc. Que planifiquen una estrategia para evitar la aprobación y la implementación de este nuevo estatuto colonial y empezar a avanzar en sentido contrario, tratando de nacionalizar o provincializar de acuerdo a lo que establezca la Constitución, la mayor cantidad de resortes básicos de nuestra economía. Hugo Ávila.

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