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» LM Neuquen
Fecha: 28/04/2024 02:00
La masiva movilización protagonizada por una parte importante de la sociedad, reclamando contra los recortes presupuestarios de las universidades públicas, hizo mella en el Gobierno. Le puso límites a su política de ajuste, aunque el presidente Javier Milei y su entorno lo nieguen. Un palco que empalideció el genuino reclamo de miles y miles de familias que salieron a protestar en contra de los recortes de presupuesto a la Universidad pública. Lo que sí es sabido, es que pudo haber sido un punto de inflexión para que los principales referentes de las altas casas de estudio y del Gobierno comiencen a discutir el rol de las universidades en el país que se viene. La sociedad estaba expectante sobre este paso importante. Pero, lamentablemente, detrás de la movilización se armó un debate rudimentario, de poco contenido y sin voluntad de cambio, desde ambos sectores. Ni tan siquiera se pudo llegar a conclusiones que clarifiquen los conceptos que cada una de las partes defiende. Primó el insulto, el agravio...nada de racionalidad para rescatar. Sin dudas, el Gobierno debería haber sido quien diera el primer paso para una convocatoria frente a este reclamo, pero miró para otro lado. Como si esos cientos de miles de personas no existiesen, como si sus voces no debieran ser escuchadas. El mensaje puede ser temeroso: resistirse a ver la realidad como es, puede ser una salida cuando no se ve otra salida. Un grave error político que puede tener consecuencias a futuro. Por parte del sector universitario, tampoco hubo mucha grandeza. Desde el palco armado para la movilización se mostraron inflexibles ante la posibilidad de auditar los números de las universidades públicas. La veracidad y la rigurosidad de los datos, y las estadísticas del sistema, son variables prescindibles para ciertos líderes universitarios que siguen apelando a los místicos conceptos setentistas. Hoy el mundo es otro. Y la realidad argentina también. Puntos para acercar posiciones No caben dudas que con todas las estadísticas sobre la mesa es mucho más fácil entender de lo que estamos hablando. ¿Cuál es el presupuesto de las universidades?, ¿Cuánto se va en salarios?, ¿Cuántos docentes hay?, ¿Cuál es la matricula?, ¿Cómo es su matriz de ingresos?...y como estas decenas de preguntas más, cuyas respuestas están encerradas en cajones bajo llaves a las que solo un selecto grupo de privilegiados tienen acceso. universidad marcha c9c84c7f6272011c79343a18934791df780a19d1.jpg Negación. Esa fue la lamentable respuesta del Gobierno a la multitudinaria marcha contra el ajuste en la educación superior. Este es uno de los puntos políticos del debate sobre los que, ciertas autoridades universitarias, se niegan todavía a discutir. Del otro lado, nos encontramos con un Gobierno que recorta el presupuesto en forma totalmente inconsulta y sin ningún tipo de criterio. Una medida que en nada ayuda a buscar consensos. Por el contrario, abroquela a la defensiva a los dirigentes de las altas casas de estudio bajo el argumento de que el recorte presupuestario tiene la intención plena del cierre de las universidades públicas. Y nada más lejos están estas palabras de los hechos. Las señales de necesidad de cambio, están. “Hay mucha evidencia empírica de un sobredimensionamiento de plantel docente, no docente y autoridades en las universidades. En los últimos años la planta docente creció 20%, pero la cantidad de alumnos lo hizo en un dígito. Es un Estado bobo que financia planteles sin justificación", comentaba hace ya un tiempo el entonces rector de la Universidad Nacional de Río Negro y ex secretario de Políticas Universitarias, Juan Carlos del Bello. “Es cierto que hay algún que otro Kiosco en las universidades”, advirtió el dirigente social Juan Grabois, en una reciente entrevista radial. A ninguno de estos dos dirigentes que ponemos como ejemplo -uno de ellos lamentablemente fallecido- se los puede acusar de no defender la universidad pública o de ser ‘fachos’ de derecha que quieren privatizar el sistema. Lejos, muy lejos están de todo esto. Sin embargo, tienen -y tuvieron- la grandeza de señalar los problemas sobre los que hay que trabajar en las universidades. Muchos son los referentes políticos y universitarios que quieren dar inicio de a este debate, una discusión necesaria en medio de un país que está sumergido en una pobreza abrumadora. Hoy el sistema universitario esta encorsetado con la épica de un relato que, en los hechos, está generando un enorme grado de desigualdad y puntos oscuros a los que solo unos pocos privilegiados pueden acceder. La sociedad en su conjunto está exigiendo entender en que se gasta el presupuesto universitario, en momentos en que el ajuste económico está siendo asimilado, en gran parte, por familias de muy pocos recursos. Es un derecho que tenemos todos los argentinos. Todavía sigue generando mucha contradicción -incluso de tipo moral- el hecho de que un profesional recibido en la Universidad de Buenos Aires (UBA), que cursó su primario y secundario en selectos colegios privados, que participó de todas las clases universitarias movilizándose en su auto importado, y terminó su especialización en la Universidad de Stanford (EE.UU.) pagando una matricula de 80.000 dólares por año, no pueda ser solidario con aquel estudiante que no tiene posibilidades económicas para mantenerse cursando en la UBA. Y más en un momento donde el Estado tendría que estar abocado a intentar resolver el padecimiento que está sufriendo el 50% del país que está bajo la línea de pobreza. Y éste no es concepto fascista...es sólo de sentido común. Los impúdicos salarios de YPF ¿Era necesario en este momento? La asamblea de accionistas de YPF, cuyo 51% es del Estado y el 49% cotiza en bolsa aprobó este viernes por mayoría absoluta que los directores de la petrolera cobren en 2024 un total de honorarios por 10.189 millones de pesos, es decir, casi cinco veces más que en 2023. En términos porcentuales, se trata de un 388% de aumento. YPF 614e57cbbc9f8.jpg La suba de casi el 400% de los directores de la firma YPF, no es una buena señal para toda la sociedad que está soportando el ajuste. Nadie puede dudar que los directores de una empresa petrolera tengan que ganar muy bien, porque es mucha la responsabilidad que tienen bajo sus hombros. Es más, en el mundo ésta es la consigna. Todas las empresas ligadas a la actividad pagan millonarios salarios a sus directores. Pero estamos en la Argentina, país en que el Gobierno está haciendo un severo ajuste sobre los salarios de todos los argentinos. Pareciera que YPF es parte de esta “casta” que se maneja por fuera de la realidad del país manteniendo sus privilegios intactos. Sin embargo, la noticia del salariazo de los directivos de YPF no reflejó por ahora la polémica que se generó cuando diputados y senadores aumentaron sus dietas. En estos casos el jefe de Estado, apenas se difundió la novedad, exigió dar marcha atrás con la suba. Nota de color...¿Quiénes son los beneficiados de este salariazo, que van a pasar a ganar 70 millones de pesos por mes?: el presidente de YPF, Horacio Marín, exejecutivo de Tecpetrol, empresa del grupo Techint; el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y su número dos, José Rolandi; Mario Eduardo Vázquez, que también es director de Mercado Libre, Despegar y Globant y lo fue de Telefónica y Santander; Carlos Bastos, exministro de Infraestructura del gobierno de Fernando de la Rúa; Eduardo Ottino, otro exTecpetrol; el exgobernador neuquino Omar Gutiérrez; el dirigente petrolero chubutense Emiliano Mongilardi; el empresario Horacio Forchiassin; la ministra de Energía mendocina, la radical Jimena Latorre; José Guillermo Terraf, otro hombre del sector privado; y el secretario gremial de la Federación Sindicatos Unidos Petroleros e Hidrocarburíferos (Supeh), Gerardo Canseco. Esta impúdica suba de honorarios es otra cachetada para la sociedad. El Gobierno debería tomar nota de ello.
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