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  • Todos quieren ser Dibu: las escuelitas para arqueros son un boom

    » Clarin

    Fecha: 27/04/2024 08:14

    Después del furor que dejó en todo el país la consagración de Argentina en el Mundial de Qatar 2022, se despertó un deseo sin precedentes entre los chicos y chicas. “Todos quieren ir al arco”, dicen los entrenadores a Clarín. El efecto “Dibu” Martínez creó una generación que entiende que no hace falta jugar en el campo para hacer “magia”. Ahora todos sueñan con convertirse en arquero antes que patear la pelota en el cancha. Las camisetas verdes o rojas de Emiliano Martínez, sumadas a las celeste y blanca (o violeta) de Leo Messi son las que más se ven en las escuelas de fútbol infantil por estos días. Clarín ya había dado cuenta de este fenómeno post mundialista. Pero la tendencia se consolidó y ahora no sólo hay más nenes, nenas y hasta adultos que quieren ir al arco sino que en las escuelas de fútbol se disparó la demanda para formarlos y ya hay escuelitas de arqueros. “Cada vez más chicos quieren ser arqueros. Después del Mundial y el efecto del Dibu, muchos se volcaron al arco. Explotó un montón: la cantidad de alumnos aumentó entre un 30% y 40% y la mayoría son de las categorías más chicas”, explica Bernardo Leyenda, ex arquero que pasó por Vélez, Independiente, Banfield y River, entre otros clubes. Leyenda da clases en dos escuelas de entrenamiento ubicadas en Villa Devoto y en Liniers. “Hay más chicas en los grupos e incluso hay casos en que inician de grandes y luego terminan jugando en el fútbol profesional. Cada vez son más”, remarca. El efecto “Dibu” Martínez creó una generación que entiende que no hace falta jugar en el campo para hacer “magia”. Fotos Emmanuel Fernández Con las mismas ganas de enseñar a las nuevas generaciones, Fernando Almarza, ex arquero en el Club Sacachispas, se puso al hombro una escuelita de arqueros en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, en Villa Lugano. Primero comenzó con dos, tres alumnos, y si bien a medida que iban pasando los años fue creciendo, en la época mundialista las inscripciones se triplicaron y hoy ya cuentan con más de 120 alumnos semanales. “Creo que hay muchos más chicos que eligen la opción del arco más que jugar en el campo. Además, porque es el jugador más importante del juego. Aumentó mucho la demanda desde que arrancamos en 2021, que coincide también con la primera aparición del Dibu Martínez. Él valorizó el puesto y también los chicos se apoyaron en esa imagen fuerte que tiene. Eso repercutió mucho en nuestro trabajo", señala a este diario, y admite que en muchos clubes había una falencia grande en el entrenamiento de los arqueros. A las escuelas van chicos y chicas. Foto Emmanuel Fernández "Además esto ayudó a que muchas chicas se sumaran en este último tiempo. De hecho, hace poco se incorporó una chica de 30 años, Claudia, para poder aprender a atajar. Ella avanzó mucho en este último tiempo”, agrega. En el sur de la provincia de Buenos Aires, en Avellaneda, Nahuel Vega es director de la escuela “Arqueros zona sur” y sostiene, al igual que el resto de los entrenadores, que la demanda aumentó significativamente desde el 2023 y coincide en que "cada vez más chicos eligen estar, en la misma proporción, tanto en el arco como jugar en el campo". “Muchas chicas y chicos se sintieron identificados cuando lo vieron a el Dibu. De hecho, veías en cada entrenamiento que todos venían con la camiseta 23. Puedo dar fe de que los más chiquitos son los que piden cada vez más estar en el arco”, explica. Todos quieren ir al arco Hace un año y medio, todo cambió para Zaira (9), motivada por la actitud y los bailes del Dibu Martínez después de cada atajada. “Papá, quiero jugar como él”, le dijo la nena a su padre, Roberto Carlos Rossi, que confiesa que nunca le gustó el fútbol, pero por la insistencia de su pequeña no dudo un segundo y ahora la acompaña a cada entrenamiento. Zaira entrenando en una escuela de arqueros de Villa Lugano. Foto Emmanuel Fernández “Es una loca por el arco. Ella me dice que vio cómo atajaba (Emiliano Martínez) y lo que era para la Selección y nos pidió para ir a entrenar. Con la edad que tiene se destaca en el equipo. Es muy corajuda. Va al choque y un pelotazo no le da miedo”, remarca. “Con el boom del Dibu, Ciro (10) se sintió mejor en esa posición. Creo que ahora se les da el espacio que necesitan los arqueros, porque antes siempre se tomaba a ese jugador como que no sabía jugar o se lo menospreciaba diciendo que solo era el que agarraba la pelota. Después del Mundial se tiene más en cuenta a los arqueros”, sostiene su papá, Emiliano Chamadoira. Fernando junto a Zaira y Ciro. Foto Emmanuel Fernández Si bien los entrenadores aseguran que la explosión de la figura del arquero fue en el 2023, lo cierto es que también otros tantos han visto futuro en esta profesión hace mucho. Como es el caso de Mateo (10) que cuando era muy pequeño, durante la pandemia, jugaba con su papá en el patio de su casa. "Mi marido le hizo un arco y desde ahí no dejó de jugar. Cuando se levantó la cuarentena empezamos a averiguar escuelitas de arqueros y así llegamos a Fernando. Después del Mundial lo impulsó un montón a seguir y con eso vio también cómo empezó a crecer el grupo", comenta su mamá, Fabiana, y dice al terminar:"Él disfruta del arco y disfruta del fútbol".

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