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  • El budín de pan y el gusto de la memoria

    » Clarin

    Fecha: 27/04/2024 06:11

    El pan es uno de los alimentos más primitivos de nuestra cultura y se dice que los egipcios fueron los primeros que adoptaron la costumbre de colocar una pequeña hogaza de trigo en cada comida. En griego significa “todo”, un adjetivo calificativo. Más tarde, los cristianos lo convirtieron en el cuerpo de Cristo y por eso pasó a estar mal visto partirlo en la mesa con un cuchillo. Ya en tiempos de Augusto se calculaba que había en Roma unas 300 panaderías a cargo de maestros griegos que conocían muy bien el tesoro que amasaban con sus manos. Allí, entre disquisiciones filosóficas y el perfume de las piezas recién horneadas, gobernaban aquellos panaderos una buena porción del paraíso. Como mi madre gobernaba el suyo en Avellaneda cada vez que se ponía a juntar pan duro y quemaba azúcar para preparar su budín de pan con caramelo. -¿Qué querés que te regale para tu cumpleaños, nena?, disparó hace unos días como quien espera la típica respuesta de no, nada, dejá, qué te voy a pedir a los 87 años má, olvidate. Pero no. De repente llegó desde el fondo del paladar aquel sabor de la infancia, ese tironeo de la felicidad más plena, envuelto en caramelo. Y la respuesta le hizo meter el hocico en la memoria: -Quiero un budín de pan con pedacitos de dulce de membrillo. ¿Te acordás cómo lo hacías? Conversadora veloz, ahí nomás levantó el teléfono y empezó a pedir pan de ayer a todos los vecinos. Lo bueno, bonito y barato muy rara vez se olvida. Primero, lo primero: hay que acaramelar la fuente y dejar enfriar, explicó con una lenta sonrisa, como si ya saboreara la sorpresa. Luego hay que remojar el pan viejo en leche tibia, sin las cortezas. Después, batir 6 huevos (o los que haya en la heladera, bah) con azúcar y agregar a la mezcla de pan y leche. Volcar sobre el caramelo, con trocitos de dulce de membrillo. Cocinar a baño maría. -Ninguna ciencia, nena. Y debe ser cierto, sobre todo porque este postre nunca falta en los bodegones. Tal vez por eso de que se aprovecha el pan viejo. El budín de pan - leo después en Internet para corroborar si le falta algún ingrediente a su receta- tuvo su origen en la gastronomía argentina en medio de las necesidades económicas que azotaron al país a principios del siglo XX, cuando las familias más humildes decidieron elaborar un plato nutritivo y dulce con sobrantes del día anterior ya que no podían darse el lujo de tirar el pan duro.

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