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Concordia » El Heraldo
Fecha: 27/04/2024 04:02
En materia de corrupción: según el Índice 2023 de Percepción de la Corrupción (principal indicador utilizado de corrupción en el sector público en 180 países), mostro signo de declive a nivel global. Los 4 países más corruptos del mundo son: Somalia, Siria, Sudán del Sur y Venezuela (generalmente son los países que sufren conflictos armados o predomina el autoritarismo). La Argentina está en el puesto 98, y es superada por países sudamericanos como Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay y Venezuela. Ahora veamos cómo estamos en materia de endeudamiento: la deuda pública Argentina a fines del 2023 cerró en los USD 403.809 millones, y representa un 88,4 % en términos de PBI. El 64 % de la misma es en dólares y el 36 % restante en pesos. Es decir que en término de PBI (que es lo que importa), descendió si tenemos en cuenta que la misma en el 2019 representaba el 89.8 %. A nivel mundial 38 países superan a nuestro país en materia de endeudamiento en términos de PBI, dentro de ellos países como Reino Unido, Brasil, Portugal, Bélgica, Canadá, España, Francia, EEUU y Japón. El otro supuesto problema son los déficits fiscales recurrentes: de los últimos 122 años, la Argentina solo tuvo 10 años de superávit fiscal financiero y 40 años de superávit fiscal primario. A nivel mundial podemos mencionar que EEUU y Reino Unido desde 1948 solo tuvieron 5 años con superávit fiscal y 58 años con déficit fiscal, La Unión Europea en los últimos 28 años siempre cerro con déficit fiscal, mientras las dos economías más importante de América Latina: Brasil todos los años cerro con déficit fiscal, mientras que México desde 1990 solo tuvo 4 años de superávit ( que se dio en el proceso de las privatizaciones que generaron ingresos extraordinarios), y el resto siempre cerro con déficit fiscal. Lo mismo con Japón, y así podemos seguir mencionando a la mayoría de los países más importantes del mundo. Es decir, el déficit fiscal y el endeudamiento, son la esencia del sistema actual de gobierno a nivel mundial. El negocio es generen déficit fiscal para financiar endeudamiento, y de esta manera hacer jugar al sistema financiero internacional. La prueba de esto es, que en los últimos 50/60 años la mayoría de los países del mundo viene aumentando considerablemente sus deudas en término de PBI. También está el mito histórico de la “Argentina potencia” que en términos de recursos naturales somos unos de los países más rico del mundo. Un estudio reciente del Banco Mundial elaboro un ranking, y nuestro país aparece muy rezagado en relación a la riqueza de otros países de América latina (de los 140 países analizados la Argentina está en el puesto 49 de riqueza: capital natural). El informe titulado The Changing wealth of Nations, explica que el valor per cápita de la riqueza natural de la Argentina se ubica por debajo del de Venezuela, Uruguay, Chile, Brasil, Ecuador, México, Panamá y Perú. En conclusión, ni somos el país más rico del mundo, ni tampoco somos el país más corrupto o más endeudado del mundo, ni el problema de todos los males es el déficit fiscal. Para comprobar esta falacia, solo basta con comparar a la Argentina con otras economías mundiales, y el resultado es el mismo. Entonces, ¿cuál es la verdadera deuda argentina? La verdadera deuda tiene su origen en el sistema político argentino, que a lo largo de muchas décadas ha administrado este país de manera muy ineficiente, comprendiendo a todos los signos políticos que han gobernado, cumpliendo tanto la función de oficialismo como de oposición. La Argentina padece serios problemas estructurales que van desde la pobreza y la indigencia, el desarrollo de infraestructura, la burocracia, el sistema educativo y de salud, la seguridad, el servicio de justicia y el federalismo, entre otros. En fin, podríamos mencionar muchos otros problemas como las relaciones del trabajo, el sistema tributario, etc. que configuran todos ellos lo que consideramos como la verdadera deuda argentina; que para que la misma sea regularizada se requiere de grandes reformas estructurales, que asimismo requieren de estabilidad política, y de la continuidad de políticas públicas de largo plazo que continúen más allá del gobierno de turno. Solo si se cumplen estas condiciones consideramos que se puede afirmar que la Argentina pueda algún día ser una gran potencia a nivel mundial. La pregunta sería: Que dado el gran esfuerzo que está haciendo actualmente el conjunto de la sociedad argentina ¿estará la clase política en su conjunto a la altura de las circunstancias para realizar los cambios estructurales que necesita el país?
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