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  • ¿Qué estamos haciendo, Milei, para terminar con la cultura de la coima?

    » Clarin

    Fecha: 26/04/2024 21:12

    En política la provocación es una herramienta común. Tan común como esta primera línea que pareciera querer comunicar un descubrimiento mil veces descubierto: provocar es más viejo que tirar piedras. Y hablando de piedras: qué novedad, no las hubo. Felicitémonos. Habría entre nosotros algo más que unos pocos, contados cambios, pero importantes. Tal vez, muy importantes. El presidente provocó esta semana de lo lindo. Y contribuyó así más que nadie a la masividad de la marcha por la universidad pública. Parece un caso para la psicología, mejor dicho, la psiquiatría, más que para la política.... ¿y si no lo fuera? Aunque muchos sigan creyendo que si hemos hecho el esfuerzo que estamos haciendo no sería para nada buen negocio echarse atrás. ¿Quién, aun pensando en volver o ganar el poder, querría volver a las calamidades del trío Alberto-Cristina-Sergio? Claro que lo habrá, pero gota no es lluvia. Entonces, la frase de la semana no es de las que sería dable pensar: la de Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo, esa en la manifestación universitaria, tan educativa: hay que continuar la resistencia. O para redondear con esas expresiones que si las emite Milei son una vergüenza, pero si vienen de otro lado son respetables, tenemos la de Vaccaro, presidente de la Feria del Libro, que dijo no poder asegurarle allí la seguridad al presidente. ¿Qué quiso advertir? ¿Que si va, como tiene previsto hacer, recibirán a Milei a las piñas? Vaccaro está enojado por la falta de pauta oficial. Educación, cultura, pero el asunto son las efectividades conducentes. Y de eso, justamente, de la efectividad del efectivo, salió la que podría ser la frase de la semana, porque va a trascender, si se cumple o no se cumple: “¿Quieren saber cómo va a crecer la economía?: va a subir como pedo de buzo.” Otra grosería casi por cadena y en la Fundación Libertad, sobre lo bien que vienen los números. Algunos números. La marcha juntó preocupados reales y aprovechadores también reales. ¿Qué hacía ahí Moyano al grito de obreros y estudiantes, unidos adelante? A la Universidad, como a las provincias y tantos otros casos, le falta plata. También a la gente y ni hablar de los jubilados. Los organizadores llamaron a la política temiendo que la marcha terminara con más docentes que estudiantes. Habían dejado a oscuras las aulas para asustar a los alumnos: Milei va por el cierre de las facultades, fue el mensaje. Datos: los docentes perdieron 30 % del sueldo desde noviembre. Igual porcentaje cayeron respecto de 2023 o 2022 las transferencias del gobierno. Otras efectividades inconducentes: los insultos presidenciales, como ese de “Hola a todos: A ver, me gustaría tener la opinión de los salamines que escriben cartitas indignados negando que se usan las universidades públicas para hacer negocios turbios y adoctrinar...” No explica ni argumenta: Milei agrede. Repetimos, hizo más que cualquier otro para agrandar la manifestación. Milei mete a todas las universidades en la misma bolsa. ¿Algunas tienen poco y nada de lógica educativa y mucho de lógica política? Sí. ¿Algunas fueron creadas para generar cajas y fuentes de trabajo para reparto de intendentes y gobernadores? Sí. Es un modelo que funciona a pleno en el Conurbano, donde están los votos. Lo más grave se ha contado más de una vez: el gobierno kirchnerista las usó para contratar en forma directa. Una ruta para triangular fondos sin control y para la corrupción. ¿Algunas admiten sólo auditorías amañadas? Otra pregunta que tiene un sí como respuesta. Pero ojo: con sus más y sus menos, muchas tienen bolsones de alta calidad, y la mayor parte de los profesores, incluso que predican kirchnerismo, se dedica a enseñar. Con la misma lógica tuitera de Milei, el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Alvarez, ve soviets en las universidades. Peronista una vez K y ahora no K, hijo (para veteranos y no tanto) del mítico Alejando el Gallego Alvarez, fundador de la ortodoxa Guardia de Hierro y formador de cuadros políticos. Y sobre todo, más que cercano a la Iglesia: con él militó el papa Bergoglio. En los 70, Guardia le disputó el poder barrial a Montoneros, que por comodidad o simplificación, la descalificaba acusándola de derecha. Guardia había resuelto no pasar a la lucha armada, una decisión que le salvó la vida a miles de sus militantes. Fue incondicionalmente leal a Perón y, a su muerte, ý aunque resulte difícil de creer, heredó intacta esa lealtad Isabel Perón. Le decían: pa’ lo que guste mandar. Pero lo peor llegó después, con la dictadura, cuando se alinearon detrás del almirante Massera. Y como son tiempos de aprovechar políticamente lo que venga, el kirchnerismo, como a los hijos de militares, le carga a Alvarez, el “delito de filiación”. Que puede ser “virtud de la filiación”, según convenga. Entre paréntesis: hoy reaparece en los escenarios Cristina, con lo cual tendremos al fin explicación asegurada para todo lo que pasa. Volvamos a Milei que, así como saca, hay cosas que no saca. Después de conocido el Curro Fernández Seguros, no irá Nación a la lista de privatizables. Milei ni siquiera anuló el decreto de Fernández que hizo volar al negocio. Tampoco termina el curro de evadir impuestos del zar del tabaco Pablo Otero, acusado también de usar estampillas impositivas truchas. Por ahora, curiosa pero sospechosa omisión cada vez más bajo la lupa de ¿qué estamos haciendo, Milei, con la cultura de la coima? La lupa sobre los cambios prometidos y alejados podría incluir el pacto con Lorenzetti, expresión de la casta judicial si la hay, y el más oscuro de los jueces de la Corte. Pero Milei lo ha elegido como socio para renovar la Justicia. Perdón Presidente: hay algo ahí que tampoco estaría funcionando. En retenida catarata de leyes se ve también una especie de deflación: la micro reforma laboral ha quedado reducida a bajar algunos costos laborales y flexibilizar las normas para mini emprendedores. Y a invertir la carga de la prueba en los despidos discriminatorios. No es lo que dijo que iba a hacer. Es lo que hizo. Y es lo que hay. En fin… nada del otro mundo, porque siempre por donde se quiera mirar habrá cosas raras en la política. Como en estos días en España, donde el presidente Pedro Sánchez, porque su mujer es acusada de corrupción, aunque la Fiscalía pide archivar el caso, anuncia que se toma cuatro-días-cuatro de reflexión sobre su renuncia o no. Y… ¿por qué cuatro y no cuarenta? Eso sí, si en el Uruguay de Lacalle alguien pregunta quién es el presidente de la Corte, sólo encontrará respuesta en muy pocos. Digamos que la Corte la preside una mujer y que en ese tribunal de cinco hay dos más. País aburrido, diría la antropóloga y ex ministra de Seguridad Sabina Frederic.

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