Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Auditar no tendría que ser un problema… pero lo es, aunque no es el único

    Chajari » Chajari al dia

    Fecha: 26/04/2024 15:02

    La movilización realizada días atrás en defensa de la educación pública, rompió la grieta existente en el país desde hace algunos años. Así lo comentábamos en una de nuestras columnas. Pero esa jornada ya pasó y la grieta volvió a mostrarse en su total dimensión. El tema por estas horas es, nuevamente, la necesidad de auditar a las universidades nacionales en lo atinente al manejo de fondos. De ambas veredas se esgrimen argumentos de dudosa credibilidad. Unos afirman que el Ejecutivo nacional debe hacer una auditoría y los de enfrente, más allá de criticar a miembros del Ejecutivo, dicen que no o afirman que las auditorías se realizan. En una anterior entrega indicábamos que, a nuestro modesto entender, las auditorías deben hacerse cuando de manejo de fondos públicos se trata. Pero también apuntábamos que el Ejecutivo nacional no puede auditar la universidad. Ese es el caso de la Universidad de Buenos Aires (UBA), de la que mayormente se ha hablado y se habla. No es el único, claro. Es necesario recordar que tanto la Sindicatura General de la Nación (SiGeN) como la Auditoría General de la Nación (AGN), principales responsables de controlar a los órganos del Estado Nacional, se involucran con la UBA a través de la firma de un convenio particular, en el caso de la SiGeN, o a través de un plan anual en particular, en el caso de la AGN. Por ley corresponde a la SiGeN, como Órgano Rector del Sistema de Control Interno del Poder Ejecutivo Nacional, el dictado de las normas relativas a la auditoría interna gubernamental, así como su cumplimiento y la supervisión de su observancia. En tanto la AGN realiza el control externo de la gestión presupuestaria, económica, financiera, patrimonial, legal y de gestión del sector público nacional. La SiGeN envía informes y sugerencias a los organismos donde se detectan apartamientos de las normas. La AGN ejerce un control externo e informa al Congreso que es el que decide la auditoría. Además, por ley, las instituciones universitarias nacionales deben ser controladas por la AGN. Este organismo debe contemplar en su Plan de Acción Anual las auditorías a los establecimientos de educación superior. El Ejecutivo, entonces, no juega en este partido. Pero lo que no se informa de manera adecuada, es que la AGN, en lo que corresponde a la UBA, no viene cumpliendo de manera eficiente su tarea. Así lo afirmó el presidente de la AGN, Juan Manuel Olmos. Por lo que Olmos indicara, en los últimos diez años solamente se realizó un único control en la UBA. Ese control se hizo en la facultad de Psicología. Uno solo. Parece muy poco. Existen, igualmente, análisis internos de la UBA, que pueden considerarse parciales, pero que destacan debilidades en el funcionamiento y en el manejo de fondos. Lo real, lo que indica el titular de la AGN, es que las auditoría no se realizan, y cargó las culpas de esto al Congreso. Olmos indicó: “Los planes de auditorías los aprueba la Comisión Técnica de Cuentas del Parlamento nacional, integrada por diputados y senadores. Son ellos quienes lo determinan”. Y agregó: “Habría que pedirles” que lo hagan. Olmos insistió sobre el tema diciendo que “la UBA, particularmente, al ser la universidad más grande es la que más presupuesto lleva. Habría que pedirle a la comisión que ingrese un plan de auditoría integral sobre la Universidad de Buenos Aires si es que el objetivo es auditarla”. En este marco informó que “en este momento se están iniciando auditorías en las universidades de Jujuy, Formosa, Córdoba, Salta, Nordeste y La Plata”. Esto queda claro, pero hay algo más que se desprende de esta cuestión y que, entendemos, debería ser abordado. ¿Cuál es la cifra que realmente necesita cada universidad, que necesita la UBA, por ejemplo, para funcionar de manera adecuada? Esta pregunta exige respuesta, ya que si no se sabe cuanto dinero hace falta, mal se podrá cumplir con esa necesidad. Hace años que se afirma que el dinero no alcanza en las universidades, que los salarios son muy bajos, incluso que los fondos se congelaron en un determinado momento. Está claro, entonces, que los fondos son insuficientes. No alcanza con cargar culpas en los gobernantes anteriores o en los actuales porque eso no solucionará el problema más allá de fijar responsabilidades. Lo necesario, lo imprescindible, es saber cuánto dinero reciben y cuánto necesitan para funcionar adecuadamente. Para ello, mal que le pese a algunos, será necesario realizar una auditoría. No hay que olvidar que se están manejando dineros del pueblo, no del gobernante de turno, sea hoy o el año pasado, o antes de ello. Si los fondos son públicos se necesita claridad. Algunas preguntas a responder son: ¿cuánto dinero necesita cada universidad para funcionar de manera adecuada?; ¿cómo se distribuye el dinero recibido?; ¿en qué se gastan los fondos?; ¿quién o quiénes deciden los fines de esos fondos?; ¿cuánto se necesita para cada actividad?… Por otra parte, ¿seguirán los ajustes oficiales o ante los temas conocidos, auditorías mediante, se dispondrá de los fondos que son menester?; el Congreso, tal lo expone el titular de la AGN, ¿actuará sobre el tema o seguirá como hasta el momento? Hay otras preguntas, por supuesto, pero mientras siga la pelea ´auditoría sí o auditoría no´ cual si fuera alguna partida de un no conocido juego infantil, nada se solucionará. Claro que en medio quedan los estudiantes, los saberes y otros cuantos puntos sobre los que habría que avanzar para mejorar, día a día, el nivel de prestigiosas casas de estudios. Otra pregunta a responder Otra pregunta que hay que plantear y merece respuesta es la siguiente: ¿qué universidad queremos? Esto no es un tema menor. Es necesario tener en cuenta algunos hitos de primordial valor que se dieron en el país. Por ejemplo la Reforma Universitaria de 1918, o la decisión adoptada en 1946 de quitar los aranceles. En suma: ¿se pretende un método de enseñanza teñido de liberalismo o, por el contrario, se apunta a recuperar y actualizar un sistema universitario que incluya a todos? Se perdió una inmensa oportunidad cuando se convocó el Congreso Pedagógico. Lamentablemente no se logró el objetivo de actualizar un sistema de educación cual exigen los tiempos. Muchas voces en contra, incluso algunas que no se esperaban pero aparecieron, fueron la traba para evitar que el Congreso hiciera historia. Otro hecho fue La Ley Federal de Educación. Recordemos que en ese momento el Gobierno nacional impulsó un avance notable de liberalismo. De manera que si hubo buena intención, se perdió de manera inexorable; aún cuando tiempo después fue sustituída la ley. El daño ya estaba hecho. Se pueden citar otros hechos, como los estudiantes crónicos o los que nunca estudian pero van a la facultad, pero esto y otros temas son conocidos por quienes están ligados a la educación. De manera que si se pretende avanzar en lo universitario, no solamente hay que tener en cuenta el dinero, sino también el contenido. Finalmente Dejamos en claro que la cuestión puntual de las auditorías es diferente a la universidad que queremos desde lo pedagógico. De hecho, esto último es más profundo. Insistimos en que éste es un tema que excede las competencias partidarias. Entendemos que no pocos tienen en juego intereses, pero no olvidemos que en medio están los estudiantes y la necesidad del país de contar con un nivel educativo de alto nivel, adecuado para las exigencias de los tiempos que corren. Si alguien considera que hay cosas reñidas con las normas legales, lo correcto es hacer la denuncia ante la Justicia, pero no hay que olvidar que esos casos no deberían afectar el nivel educativo, y mucho menos el financiamiento de la educación para que la misma llegue a todos.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por