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  • Anotaciones en la piel

    Parana » Ahora

    Fecha: 25/04/2024 09:48

    Me gustan las imágenes, volver a ellas, encontrarlas en la memoria y tener una memoria sobre la piel. Cuando nos tatuamos con Pipi, mi hija mayor, por primera vez en 2018, las dos nos hicimos una misma forma de la luna en la muñeca, este año las dos volvimos para hacernos una mariposa al final de la espalda. No buscamos los significados, encontramos un gusto compartido y una zona del cuerpo que nos reúna nuevamente. Y a su vez, los símbolos estallan: somos crecientes y menguantes, nos transformamos en otras, salimos con las alas abiertas contra las flores. * Lo que me gusta de las cosas que se quedan en la piel es la historia que nos inventamos después, la imagen aparece como una cicatriz por una caída, un nombre, una fecha, un sinfín de referencias que sólo tienen sentido para quienes observan sus propios rasguños y revisan la geografía visitada con el cuerpo como única prueba. * Me gustan las arrugas, los pliegues en los labios, las manchas sobre las manos, no adhiero a la estética que borronea todo, observo con desconfianza las técnicas para disimular el rastro de las emociones. Caras que nunca estuvieron tristes, que jamás se rieron hasta llorar. Un mármol que anticipa la muerte de los gritos y los silencios. Me gustan las ojeras, las bolsas como chalecos flotadores bajo los ojos. Las caras que cuentan una vida, no las que la pierden, una piel querida con todo lo que la desgasta y la alimenta, la nutrición de quien huele las flores arrancadas del suelo, la que absorbe las caricias, la que pone su dermis frente a la lluvia. * Una vez tatuándome entendí que no es solo la piel, también la historia ajena que viene atrás con algo para marcarla. Y quiero hablar de Bruno porque se dedica a tatuar desde hace muchísimo tiempo, en Paraná eran pocos los lugares y quienes podían hacer un buen tatuaje y en esa época él ya tenía un espacio en donde se dedicaban a este “arte”. Perdón, odio esas comillas y a su vez las coloco para resaltar que hay mucho de eso en este caso. * Cuando llegamos al salón donde Bruno tatúa en calle San Martín, vimos las cerámicas de su pareja, cosas que hace con arcilla en su taller que también funciona ahí, los dibujos de Bruno en distintos tamaños y soportes cubriendo las paredes. Las estéticas y su mutación incansable. Nunca nos gusta lo mismo y siempre hay una base como el lecho de un mismo río que contiene algo que es bello. * Mientras preparaba los instrumentos necesarios, igual que alguien que dibuja, igual a alguien que se dispone a escribir pero en otra superficie, empezamos a charlar, disfruto de saber cosas que no podría si no es mediante la palabra. No suelo ser sociable, ni quiero participar en muchas actividades, ni se me da el don de la oralidad en circunstancias comunes. No me desespera ser simpática. Elijo hablar con lo que me conmueve, aquello que por alguna zona filtra un misterio. * Bruno carga la tinta en algo que parece una jeringa para robots. Me cuenta de los viajes por el mundo a diferentes seminarios de tatuadores, anécdotas puntuales, la forma en que las cosas dan pasos a las otras. * “Empecé a interesarme y hacer mis primeros pasos en el mundo del tatuaje a fines de 1997, lo primero fue hacer tatuajes simples a mis amigos para ir adquiriendo experiencia”. Bruno se ríe y agrega en otro tono de voz “ya fui tapando los que hice en esos años”. * Vivir del arte “Oficialmente vivo del arte del tatuaje desde el año 2005 cuando abrí mi primer estudio junto a mi pareja. Desde ahí no paré y me hizo conocer mucha gente y tuve la fortuna de que ese oficio me llevó a muchos lugares.” Bruno tiene millas acumuladas en tinta, recorrió parte del mundo porque así como hay congresos de medicina, hay congresos de tatuadores donde se ven técnicas, avance en la industria maquinaria, diseño artístico. * Origen incansable “El primer local fue un espacio chiquito en la galería frente al teatro y desde ahí me pase a otro más grande en la misma galería hasta que después de unos años me vine a calle San Martin, en medio de todo esto trabajé en otros estudios cuando estuve por fuera del país en estos viajes formativos y apasionantes.” “En el momento que yo arranqué no había muchos artistas del tatuaje, y los que había el oficio era considerado medio de sótano, no era bien visto como hoy, había mucho prejuicio en torno a tatuar y tatuarse. Siempre que te tatuabas, existía el comentario de que estuviste preso o cosas así.” Pero al ratito como una joyita que brilla en la cueva del minero, aparece la otra anécdota: “para mi primera máquina, que obviamente las hacíamos nosotros, sacamos la idea de una máquina que conseguimos con el hermano de un amigo que había estado preso y tenía idea de la forma. No sé con certeza si era la que tenía en la cárcel cuando estuvo, pero la cuestión es que sacamos la idea de su máquina para armar una mejor y más eficiente. Y con esa primera máquina tumbera hice mis primeros tatuajes.” Después Bruno compró la primera máquina oficial en Buenos Aires más algunos pigmentos “y fue toda una aventura ir a ese estudio de tatuajes que también vendía insumos. Fue como entrar a un ambiente del que quería formar parte”. La revelación de quien se acerca al espejo que le devuelve el sueño futuro. * Las modas “Con respecto a lo que se usaba en ese momento era mucho tribal, letras chinas o árabes, cosas que hoy ya ni se usan o no se piden ni siquiera. Hoy con las redes y todo eso hay mucha más apertura en cuanto a los diseños.” * Arte, arte, arte Considero que lo que hago es arte si, a veces en mayor o menor medida pero si, son piezas de ilustración que a veces requieren muchas horas de creación y de pensar y buscar referencias, también otras veces son más simples, búsquedas más copiadas de cosas que quieren igual a alguien que admiran. * Raros tatuajes nuevos y más “La anécdota de la persona que se quería tatuar pelo la cuento siempre cuando me preguntan que fue lo más raro que me pidieron, pero en general no tengo tantos pedidos raros. Otra anécdota referida al tattoo se da en Praga, República Checa. Resulta que cuando estuve en la convención de Praga en 2017 me tocó tatuar al dueño de una empresa de limousines y traslados vips y nos hicimos muy amigos. Karel es su nombre y está fascinado con la cultura latina. La cuestión es que pegamos muy buena onda y cada vez que he vuelto a Praga, (dos veces más después del 2017) me manda a buscar y nos saca a pasear en autos lujosos por Praga como si fuéramos personalidades o algo por el estilo.” * Gratitudes “Gracias al tattoo pude viajar y participar de muchas convenciones alrededor del mundo, estuve en Uruguay, Panamá, Inglaterra, España, Bélgica, Alemania, Francia. Todas han sido experiencias increíbles. Siempre que puedo me hundo en esos eventos ya que son muy enriquecedores y la verdad aprendo mucho, veo a artistas que sigo por las redes o los que veía en las revistas, esos tatuadores legendarios que cuando los ves trabajar son uno más, y para mí vuelve el asombro de estar en el mismo tiempo y espacio que sus obras de arte, la verdad es increíble.” * En redes pueden encontrar una galería de lo que Bruno hace en su perfil de instagram @Brunozektattoo. * Pensamos en nuestra piel, en las marcas. También en quienes hacen lo que aparezca arte ahí, donde quizás hay una herida. La aparición del arte siempre dinamita un muro: y ahí es posible la belleza. *

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