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Concepcion del Uruguay » La Calle
Fecha: 25/04/2024 04:21
El campo de la ciencia aeroespacial está experimentando un notable avance ahora que se ha convertido en un sector comercial vibrante. Cada vez surgen más startups espaciales, fundadas por antiguos ingenieros de la NASA que buscan materializar sus ideas y conocimientos acumulados durante su tiempo en la agencia. Este florecimiento ha sido impulsado por la entrada de China al mercado internacional, generando una competencia considerable con sus innovaciones, como los cohetes reutilizables y su inusual proyecto de un cañón ferroviario para lanzamientos al espacio. Sin embargo, ¿qué sucedería si una de estas innovaciones prescindiera completamente del combustible para propulsar cohetes? Esa fue la pregunta que inspiró a un exingeniero de la NASA a explorar el potencial de la energía electrostática para el viaje espacial. Sorprendentemente, ha logrado superar la gravedad terrestre con éxito. El «motor imposible» que podría convertirse en realidad es la visión de Charles Buhler, quien dejó la NASA para fundar Exodus Propulsion Technologies. Su idea de desarrollar un motor electrostático experimental desafía las leyes fundamentales de la física, pero Buhler confía en que ingeniosos diseños puedan contrarrestar la gravedad y alcanzar el espacio, algo que antes se consideraba imposible. Para hacer realidad esta visión, Buhler reunió un equipo de expertos, incluyendo antiguos colegas de la NASA y profesionales de empresas de cohetería como Blue Origin y ExxonMobil. Durante dos décadas, han trabajado para hacer que los propulsores electrostáticos sean una realidad, superando numerosos desafíos. El progreso significativo llegó el año pasado, cuando comenzaron a ver resultados prometedores en pruebas en máquinas de vacío, donde los propulsores electrostáticos demostraron vencer la gravedad sin necesidad de combustible convencional. Esta tecnología es revolucionaria, ya que utiliza campos electrostáticos para generar empuje a partir de la electricidad, sin combustible adicional. A pesar de estos avances, el verdadero desafío sigue siendo la prueba en el espacio. La tecnología de Exodus ha sido objeto de críticas, con algunos calificándola de pseudocientífica debido a su aparente similitud con los motores de movimiento perpetuo. Sin embargo, otros defienden su base científica. El veredicto final sobre la viabilidad de esta tecnología aún está pendiente, y solo las pruebas espaciales podrán proporcionar respuestas definitivas. Mientras tanto, en la Tierra, esta tecnología muestra promesa y otras empresas también están explorando su desarrollo.
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