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  • La trama detrás del incómodo momento que vivió Axel Kicillof cuando le impidieron subir al escenario en la marcha universitaria

    » Clarin

    Fecha: 25/04/2024 02:26

    La incómoda situación no duró más de cinco minutos. Los invitados al escenario ya habían ingresado y el acto estaba a punto de comenzar. Unas 150.000 personas, la mayoría jóvenes, esperaban el discurso en una Plaza de Los Dos Congresos repleta. Una buena parte del país también estaba atento a las consecuencias de una movilización tan multitudinaria como histórica. Por primera vez, el Presidente Javier Milei había perdido el manejo de la agenda pública. Incluso su discurso en Cadena Nacional del lunes quedó opacado. Casi olvidado y viejo. La realidad se impuso y le ganó la calle. Axel Kicillof participó en la marcha de los estudiantes. Intentó acceder al escenario, pero no se lo permitiero. La oposición demostró que puede recluirse pero sin perder el olfato. La marcha multitudinaria de los estudiantes universitarios era un milagro en una coyuntura donde el relato y retórica libertaria los había relegado. La mayoría de los referentes del peronismo no dudó en marchar. Sumarse entre los jóvenes como una especie de revancha ante una derrota electoral que dolió y golpeó como casi ninguna otra. Sergio Massa, intendentes del Conurbano, jefes de la CGT y de la CTA, líderes de movimientos sociales, fueron algunos de los que movilizaron. También los radicales apuntados por Milei, como Martín Lousteau, Emiliano Yacobitti y Facundo Manes. Ni que hablar de la izquierda, en todas sus vertientes. Sólo uno de ellos rompió el molde. Optó por desconocer un aparente acuerdo político que habrían pactado con los organizadores de la manifestación: la calle era para todos pero el acceso al escenario sería restringido. Ninguno de ellos podría acceder al lugar más importante y de mayor exposición. A Clarín, al menos dos personas que estuvieron muy cerca de la organización del multitudinario acto admiten que hubo un "sin fin" de intentos y presiones para que poderosos referentes políticos de la oposición logren "colarse" a ese escenario que buena parte del país estaba viendo. Axel Kicillof se animó a lo que parecía imposible. Le habían permitido ingresar a la zona VIP, un sector donde también estaban muchos otros dirigentes políticos y sindicalistas. Pero no era suficiente. Alguien lo habría envalentonado para intentar subir al escenario. Video El Secretario Adjunto de Fatun, Jorge Anró, confirma que no se le permitió el ingreso a Kicillof. "A Axel, un colaborador que no te voy a decir quién fue, lo convenció de que con él harían una excepción. Imaginate que era una situación inmejorable. Los ojos del país estaban viendo ese escenario", cuenta un viejo dirigente y alto funcionario que estaba muy cerca de él. Kicillof le pidió a Carli Bianco, su mano derecha y hermano de la vida, que le haga la segunda y lo acompañe. Encaró él mismo, quizás convencido de que nadie podría (o se animaría) a impedirle el ingreso. Cuando llegó al anteúltimo escalón antes de la entrada se dio cuenta de que estaba equivocado. Dos empleados del sindicato Fatun, Federación Argentina del Trabajador de Universidades Nacionales, extendieron la mano y le impidieron el paso. Fueron sólo un puñado de minutos de una situación incomoda para todos. No es para nada frecuente que, quizás al gobernador más poderoso del país lo dejen esperando en una escalera. El desenlace se vio en vivo y en directo. En medio de un clima enrarecido, empleados con pechera de la organización iban y venían, esperando que alguien con autoridad enfrente al Gobernador, que estoico y algo empecinado no se movía del anteúltimo escalón antes del ingreso. Fue el Secretario Adjunto del gremio, Jorge Anró, que entró en escena para explicarle a Kicillof la difícil situación. "Le expliqué que no podía pasar. No sé quién fue el que le dijo que podía ingresar. Era una decisión política que fue acordada: ningún dirigente partidario podía subir", explicó en el noticiero de Eduardo Feinmann en LN+, el propio Anró. El dirigente gremial agregó que "Kicillof lo tomó bien. Me dijo que sólo había ido para apoyar la marchar y se retiró sin problemas". Para que no sea leído como un rechazo que quizás pueda dañar la imagen de Kicillof, tras impedirle el acceso, uno de los organizadores se acerca y le ofrece al Gobernador subir, aparentemente, para saludar. "Subir para salir, no", responde Kicillof. "Saludo desde acá", agrega. De repente, una militante le pide una selfie. El gobernador accede sin problemas. Sonríe y termina de confirmarle a alguien de la organización que no subirá al escenario para después salir. Levanta la mano izquierda y la blandea, en dirección de un grupo de militantes. Varios de ellos lo aplauden mientras filman. Bajó las escaleras bastante más rápido de lo que las subió.

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