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  • Sauce Grande, entre las mejores lagunas para pescar pejerrey

    » Perfil

    Fecha: 24/04/2024 18:04

    Tras visitar La Salada de Madariaga hace 15 días, la vara estaba alta. La buena calidad y cantidad de pejerreyes que logramos hacía difícil el encontrar un espejo que pudiera estar a su altura. En ese selecto grupo de ámbitos calificados que siempre pagan está Sauce Grande, muy cerca de la ciudad de Monte Hermoso, espejo que decidimos visitar en el último fin de semana. Llegamos el sábado 20 a la casa de Lisandro Kappes, uno de los amigos que nos dio la pesca y de los mejores guiando en el espejo que visitaríamos al día siguiente. Tras acomodarnos en las cabañas que dispone el guía, cenamos y nos acostamos para descansar. En esta ocasión, compartimos la salida con Raúl Barera, Carlos Sosa y Pablo Porcel de Peralta, todos ansiosos por dar con los buenos pejerreyes de este ámbito. Amanecimos temprano, desayunando rápidamente y advirtiendo muy poco viento, nos dirigimos a la laguna. Allí abordamos el inmenso semirrígido de Lisandro, una embarcación de 8,60 m. Junto a nosotros y el guía se sumaba un juvenil amigo de 14 años, Roberto Cisneros, que debutaba en la pesca embarcados y vecino de Kappes, completando el grupo de 6 pescadores. Vendría el momento de hacer el rol de navegación y salir hacia el lugar elegido para iniciar la pesca en el fondo de la laguna. Una vez allí, largamos sigilosamente las anclas en un lugar donde se veían borbollones por doquier y, sin hacer demasiado ruido para no espantar el cardumen, armamos nuestros equipos, encarnamos y cañas al agua. La experiencia del guía, al conocer los mejores sitios y estar constantemente en el agua, tiene sus ventajas. Casi instantáneamente, comenzó el pique, con líneas de 3 boyas, brazoladas de 20 a 35 cm, un rango donde tomaban bien indistintamente, anzuelos encarnados con mojarras vivas o tosqueros vivos, sumándose filet de dientudo, los que salían mezclados con los pejerreyes y nos brindaron otra opción de carnada que rendía de igual manera. Cada pejerrey que clavamos era un festival. Estábamos a 60 cm de profundidad, lo que provocaba una gran explosión con una corrida y pelea a gran velocidad hacia los costados. Tal es así que varias veces se enredaban con la línea del pescador que estaba sentado al lado del que tenía el pique. Sin dudas era un día soñado, casi sin viento y con pejerreyes de 300 a 400 g que peleaban de forma muy vigorosa. De pronto, Lisandro nos dice: “Levanten, vamos a corrernos”. Incrédulos, levantamos las cañas y sin chistar, obedecimos. La pesca en ese lugar era bárbara, todo pejerrey era muy parejo, pero si el guía pide algo, hay que hacerle caso. Ellos saben de lo que hablan, están todos los días en ese espejo y lo conocen mejor que nadie. El guía se trasladó en dirección a un claro, navegando muy despacio hacia los juncos, pidiendo que estemos quietos para no desbalancear la embarcación y que esto provocara encallarla. Pero, por, sobre todo, no hacer golpes en el piso y espantar a los peces. Al internarse en el claro, detuvo el motor y comenzó con una caña a adentrarnos al inmenso espacio entre los juncos. Habría como máximo, 30 cm de agua, tal es así que por momentos parecía que íbamos a quedarnos varados. La baquía le permitió acomodar la embarcación para que, pese al poco viento que había, pudiéramos pescar. Muy silenciosamente cayeron las anclas a un agua que parecía que hervía, con una actividad de pejerreyes de muy buen porte y abundantes. Una vez que cayeron las boyas, los piques eran suaves, había que dejarlos comer un tiempo exagerado para clavarlos, si no, se escapaban. La pelea que dan es algo para destacar, un pescado muy enojado, vigoroso y con portes de 400 a 600 g, con abundancia de capturas que hicieron que muy rápidamente nos acercamos a la cuota. Habíamos comenzado a pescar a las 10 de la mañana y a eso de las 13 alguien dijo, “Muchachos la cuota está hecha”. Todos estuvimos de acuerdo en levantar y emprender el regreso al embarcadero. Habían sido unas tres horas intensas de pique en una laguna que sorprende por cantidad y calidad de pescado, un ámbito que colmó nuestras expectativas como la del joven Roberto, quien debutó pescando sus primeros pejerreyes, con calidad de pescado y encima lograr muchas piezas. En resumen, mantuvimos la vara alta que habíamos ido a buscar y disfrutamos otra jornada de esta pasión con amigos, pudiendo hacer un informe completo para quienes seguramente asistirán a pescar a Sauce Grande, después de ver esta nota que realizamos en un ámbito para agendar. Servicios: Lisandro Kappes, servicio de pesca embarcada, guiadas y hospedaje con desayuno, picada y cena. Tel.: (0291) 5082004.

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