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» Clarin
Fecha: 24/04/2024 06:16
Ya todos tenemos redes sociales donde somos hermosos y parece que acabamos de ganarnos el gordo de lotería. Tan felices nos vemos.... Un argentino sin redes sociales es un espécimen tan raro que se nos vuelve tan increíble como el Yeti. Digamos también que en las redes sociales se encuentra lo humano y lo divino: desde avistamientos de Ovnis hasta la abducción. Y luego de llevarte, esos mismos gentiles alienígenas te dejan en la puerta de tu casa para que sigas la misma rutina de siempre y, además, le cuentes a todos la experiencia, la subas a las redes sociales con fotos incluidas, exceptuando la imagen del alien porque claro, te abdujeron sin celular. Tienen redes sociales diputados, jueces, senadores y presidentes y ex presidentes y sostienen largos altercados empleando frases que harían las delicias de los más rústicos camioneros, frases que avergonzarían a mi entrenador de boxeo, personaje nada pudoroso. Se dicen de todo y todos felices porque lo que pasa en las redes queda en las redes. Se ven en el Congreso y se dan la mano y todos son sonrisas cordiales: las redes terminan siendo para los argentinos lo que es las Vegas para los yanquis. Las mascotas también suelen tener redes. Perros y gatos nos muestran la vida feliz que le dan sus amos, incluso vi a un perrito que disfrutaba de la poesía que le leía el dueño: famoso actor. Si quieres conocer a una Argentina feliz, vete a las redes, allí casi todos vivimos con una sonrisa de oreja a oreja y cara de cumpleaños. Ojo, también está el que se muestra triste, tristísimo en las redes: la vida es ingrata y triste, así que la comparto para que los demás lo sepan, raro pensamiento. Abundan los influencers, te hablan de libros, vida sana o te aconsejan para que termines ricos y aunque a veces da la sensación de que no son especialmente espirituales o no han leído esos libros, se agradece y les sueltas un tímido “me gusta” para que disfruten de esa felicidad ilusoria. Aparte, actualmente casi todas las relaciones empiezan por las redes. Es muy común el ”lo conocí por Facebook o por Instagram”. Casi no lo crees cuando en un post cuentan que alguien conoció a otro en una fiesta, entrando al banco o en la estación de subte. O cuando llegaba a la biblioteca y ella salía. Nada de eso. Te parece que bromean contigo, sobre todo si la relación tiene menos de veinte años. Hace rato que nos conocemos por redes y la vida es una serie de decepciones porque nadie es tan bello y armonioso como en las redes, ese falso escaparate de la vida argentina.
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