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» Fin del Mundo
Fecha: 23/04/2024 03:54
El 22 de abril de 1599 22/04/2024 E ste día, Sebalt de Weert, comandante de una expedición holandesa, ordena que cuelguen a dos marineros porque “habían roto la despensa y hurtado aceite. Uno de ellos quedó ahogado por el lazo; el otro fue liberado por la intercesión de muchos”. Pero, luego “lo mataron a palos junto con otro, que estaba al tanto del hurto y no lo había dado a conocer al capitán” (Sebalt de Weert – Willem Schouten. Descubrimiento del Cabo de Hornos). La expedición, compuesta de cinco navíos, tenía previsto pasar por el estrecho de Magallanes en pos de alcanzar las islas Molucas, en el oriente asiático, y poder acelerar el tránsito y el comercio de las demandadas especias, decisivas en esa época para la conservación de alimentos. Finalmente, luego de dos años de tortuosa navegación y múltiples tragedias, regresó a Amsterdam sin haber podido cumplir el objetivo. En el momento del incidente, en tránsito por las aguas del estrecho, la tripulación vivía una situación de agobiante zozobra, que creó las condiciones para consumar el asalto de la despensa. Se encontraban “agitados por continuos tormentos, pasaban días enteros achicando y extendiendo velas, echando y levando anclas. Las naves se chocaban unas con otras y eran empujadas a la costa por la furia del oleaje (…) La lluvia, los vientos, el granizo y la nieve los golpeaban y (…) la mayor parte del pueblo se debilitaba por todas estas fatigas e incomodidades. Además padecían hambre terrible, pues estaban en un lugar helado”. La carencia de alimentos desesperaba a los marineros y “cualquier cosa que recibían inmediatamente la echaban en su cuerpo, por ejemplo conchillas crudas, raíces, hierbas. Les resultaba difícil esperar que se cocinaran, por más que en las naves ardían fuegos constantes, tanto para calentarse ellos mismo como para hervir alimentos”, pero “el hambre parecía que no podía saciarse de ningún modo. Tampoco estaban adecuadamente provistos de vestimenta. Por ello el general mando abrir unas cestas llenas de paños, para que fueran vestidos los más desnudos”. El consumo desesperado produjo trágicas consecuencias: “la frecuente ingestión de conchillas y alimentos muy crudos, como también por el constante aire helado, la mayor parte fueron atacados de hidropesía, y muchos de ellos murieron” (op.cit.).
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