» Data Chaco
Fecha: 20/04/2024 11:25
Juan Carlos Tuyaré. El ser humano es permeable a situaciones límites y la mayoría de las veces no cuenta con herramientas para enfrentarlas. Existen un sin número de herramientas que se utilizan para realizar tareas de construcción o reparación de manera sencilla y sin ellas sería poco factibles hacerlo. Las más conocidas son la pinza, el martillo, el serrucho, el destornillador y las que seguramente estarás agregando al listado. Pero también existen herramientas tecnológicas, como por ejemplo la computadora, el teléfono celular y otras. Todas estas herramientas, a las cuales las podemos ver y tocar, sirven para facilitar el trabajo manual en el quehacer diario de cualquier persona, pero también coexisten con ellas las que son invisibles porque no las podemos ver ni tocar. Una de ellas, tal vez la más importante, es la fe, tan importante que puede cambiar nuestras vidas y también al mundo. La definición bíblica de la fe es: Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que no se veían, con temor preparó el arca para que su familia se salvase en el diluvio, cosa que después de 100 años realmente ocurrió. Por la fe Moisés guio al pueblo de Israel a pasar por el Mar Rojo, y escapar de la esclavitud en Egipto. Dicho de otro modo, por medio de la fe podemos conseguir lo que a simple vista parece imposible. Para que eso sea viable es necesario, no solo creer en Dios, sino creer en su palabra. Nuestro país transita por un período de tiempo muy difícil y el temor de las personas a perder lo conseguido a nivel personal está en peligro. Es un momento oportuno para refugiarse en los brazos de la fe. En su primer mensaje a la gente, en el famoso sermón del monte, Jesús le dijo que no se preocupen por su difícil situación económica, porque Dios sabe que necesitan comer, beber y vestirse; pero todas estas cosas no les faltarán si primero se abrazan a la fe en Dios. Es probable que a esta altura lo susurros de temor ya hallan llenado tus oídos, pero no debes caer en la desazón y en la angustia. No permitas que las cosas visibles borren lo invisible, Busca primero a Dios y las demás cosas serán añadidas, porque joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan. El socorro que estas necesitando viene de lo alto, cree solamente, y verás la gloria de Dios en tu vida.
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