Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • El Palacio de la Isabela, un patrimonio desconocido de Córdoba que pide ser rescatado

    » Diario Cordoba

    Fecha: 20/04/2024 05:35

    Córdoba es una ciudad monumental en la que la Mezquita-Catedral, Medina Azahara, la Judería o el Alcázar de los Reyes Cristianos acaparan la atención del turista. Sin embargo, lejos de ese patrimonio, apartado de su esplendoroso pasado omeya, de la herencia romana y de sus reminiscencias judías, hay un legado desconocido incluso para el propio cordobés, pese a estar en su barrio o pedanía. Pequeños tesoros que hablan de una parte de nuestra historia sobre la que se pasa de puntillas en muchas ocasiones, y que incluso queda abandonada tanto de manera metafórica como literal. Un ejemplo perfecto de ello es el Palacio de la Isabela. Ubicado en Alcolea, este recinto en estado ruinoso y con apariencia de castillo, nos habla de nobles, desarrollo industrial y de la Córdoba de finales del siglo XIX y principios del XX. Esta es su historia. Historia Localizado en el término municipal de Córdoba, concretamente en Alcolea, y a pocos metros de la cárcel, está el palacio o castillo de la Isabela. Sus muros se erigen imponentes en mitad de un terreno baldío y agreste. Fue mandado construir en 1871 por Ricardo Martel y Fernández de Córdoba, a la sazón, conde de Torres Cabrera. Se trata de una figura clave para la ciudad en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, de la que fue alcalde (1864 y 1867-68), gobernador civil (1874-75), diputado (1865 y 1876-77) y senador (1877-1917). También se convirtió en un destacado miembro del Partido Conservador y Liberal-Conservador de Antonio Cánovas del Castillo. La estructura del palacio tiene una clara inspiración militar. / A. SÁNCHEZ Al margen de su faceta política, también resalta su papel como empresario agrario. El conde contaba con una serie de terrenos en la llamada colonia de Santa Isabel, que debe su nombre a su mujer, María Isabel de Arteaga y Silva, ahijada de la reina Isabel II. Allí decidió erigir este palacio, que serviría de vivienda a las afueras de la ciudad y junto al que se colocaría la primera planta de remolacha azucarera del país (1882) y, a pocos metros de ella, se levantaría la fábrica correspondiente. En sus terrenos, se instaló la primera planta de remolacha azucarera del país Con los beneficios obtenidos en la explotación del recinto, Fernández de Córdoba remodeló por completo lo que, posteriormente, sería conocido como palacio de Torres Cabrera, ubicado en la calle que lleva su nombre, en pleno centro de la ciudad. Estructura y distribución El palacio, de planta cuadrada, tiene una extensión de 733 metros cuadrados distribuidos en cinco niveles: un semisótano que hacía las veces de despensa, una cocina ubicada en la planta baja y tres pisos en los que se encontraban las dependencias de los nobles. Cada uno de sus cuatro lados mide doce metros. Pese a estar concebido como residencia sin fines defensivos, su construcción tiene una clara inspiración militar, por lo que también se le llama popularmente castillo. Detalle de una de los torreones del palacio. / A.J. GONZÁLEZ De su fachada, los elementos que más llaman la atención y que más recuerdan a una fortaleza son, sin duda, sus torreones redondos rematados con almenas. Cuenta con uno a cada lado, tres de los cuales nacen en el primer piso y uno desde el suelo. Este último contaba con una escalera de caracol para acceder a las diferentes dependencias. El palacio es una mezcla de estilos entre los que destaca el mudéjar. La planta baja está dividida en dos habitaciones con techos abovedados. Cuenta con cuatro torreones redondos rematados con almenas, tres de ellos nacen en la primera planta Estado actual El palacio de la Isabela se encuentra en un estado ruinoso, y poco queda ya de aquel recinto que sirvió para el desarrollo económico de la zona. Sus imponentes muros de piedra son lo poco que resiste al paso del tiempo y a la falta de conservación que, claramente, han hecho mella. No obstante, ha perdido muchos de los elementos con los que contaba en sus paredes, como el escudo de la familia o las hornacinas. Los ventanales también han sido expoliados y el suelo de las diferentes plantas se ha hundido, mientras que la planta baja está llena de escombros y sus paredes plagadas de grafitis y basura. Tal es su situación que en 2016 la asociación Hispania Nostra incluyó el recinto en la 'Lista roja del Patrimonio', en la cual continúa ocho años después. Estado actual del palacio. / A. SÁNCHEZ El Palacio de la Isabela nos habla a la clara de uno de los capítulos más desconocidos de la historia de Córdoba, de nobles y de impulso industrial. De una etapa que quedó demasiado lejos en nuestra memoria. Tanto que ahora su interior y paredes piden a gritos ser rescatados. Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por