Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Los pasados abiertos

    » Diario Cordoba

    Fecha: 20/04/2024 05:31

    Mucho antes de brindar por el pasado hay que dejarlo atrás, pero bien perfilado. No podemos poner sus perros siempre en danza, porque luego tenemos un infierno canino y la jauría se arma de viejos argumentos, que suelen aturdirnos por cansinos, cuando ya los habíamos superado. La forma de vivir con el pasado es ponerlo en su sitio. Es un lugar que debe ser cuidado, protegido en su estudio, que es un consenso más o menos relativo. Cada uno puede añadir su propio pie de página al relato, pero lo cierto es que al final necesitamos una especie de pacto, más o menos tácito, para seguir rodando. Eso es lo que fue la Transición, que desde luego quizá no fue perfecta, pero sí lo mejor que pudo ser. Algo así me dijo una vez Jaime Sartorius. Hoy habrá gente de la nueva izquierda que no lo recuerde. Murió el año pasado y los periódicos recordaron que había defendido a muchos trabajadores antifranquistas ante el Tribunal de Orden Público -el temido TOP- o que había coordinado las defensas del Proceso 1.001, siendo el enlace entre la dirección clandestina de CCOO y los procesados, o que denunció en el exterior la represión de la dictadura. También formó parte de la acusación particular en el juicio por el asesinato de los abogados laboralistas el 24 de enero de 1977 por un comando de ultraderecha. Me entrevisté con él antes de escribir mi novela ‘Atocha 55’ y me lo dijo: «La Transición fue impecable». Y fue impecable, me parece ahora, no porque cerrara las heridas, sino por no volver a abrirlas. Y por asumir una narración integradora que debería haberse concluido oficialmente, con independencia del trabajo de los historiadores, el 20 de noviembre de 2002, cuando el PP condenó, con los demás grupos del Congreso, el régimen franquista. Otros artículos de Joaquín Pérez Azaústre Cielo abierto Adiós, Shane Cielo abierto Cuelgamuros Cielo abierto El barro Pero llegó la nueva política para deslegitimar la Transición y establecer un enlace directo entre 1939 y ellos mismos, como si la resistencia de los años 50, 60 y 70, y la consumación de la democracia con un pacto civil, no hubieran existido. Ya lo adelantó Alberto Garzón cuando se refirió, con sobrado desdén, a «la izquierda domesticada de la Transición», lo que no gustó nada a los sobrevivientes de esas luchas. Y ha sido curioso que mientras nos insistían con Cuelgamuros, la guerra civil y las cunetas -precisamente, para hacernos quitar la vista del presente-, con ETA y Bildu había que mirar hacia delante. El consenso que habíamos logrado de la guerra civil a la Transición nunca se ha logrado en el País Vasco. Simplemente se ha dejado la vida pasar. Por eso ahora Pello Otxandiano no es capaz de hablar de ETA y terrorismo en la misma frase, y en el PSOE se sorprenden, y hasta parecen indignarse, porque Bildu sea Bildu. *Escritor Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por