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  • La ira, por escrito

    » Diario Cordoba

    Fecha: 19/04/2024 05:05

    Decía Séneca que la ira, si no se controla, puede hacerte más daño que la causa que la provocó. Como cualquier emoción, la ira tiende a superarnos. Ese sentimiento de rabia ante un daño, o una aparente injusticia o una frustración, nos vuelve hostiles y puede llevarnos a una acción impulsiva e irracional. Y luego tendremos que asumir las consecuencias. De ahí que Séneca, ese estoico que no practicó su filosofía hasta los últimos años de su vida, recomendara prudencia y control antes de dejarse llevar por esta emoción potencialmente destructiva. La cuestión es cómo se gestiona una emoción tan fuerte. Es fácil decir que hay que controlarse. Aunque, en principio, si somos seres verdaderamente racionales, debería bastar con repetirnos: «Estas son las causas de tu ira. Muy bien. Ahora comprende que no merece la pena enfadarse, porque si te enfadas sufrirás más. Venga, hay que pasar página». Pero el cerebro no funciona así exactamente. La mente funciona muchas veces como un niño ingenuo que cree en los superpoderes de sus padres y en la magia y sus rituales. Eso explica los resultados de la investigación publicada recientemente por un grupo de la Universidad de Nagoya, en Japón, en la que concluye que la ira se puede eliminar escribiendo en un papel tus sentimientos y luego destruyéndolo en mil pedazos. Los resultados del estudio son producto de años de investigaciones previas sobre la asociación entre la palabra escrita y la reducción de la ira. Se basa en trabajos que muestran cómo las interacciones con objetos físicos pueden controlar el estado de ánimo de una persona. Para el proyecto se pidió a un grupo de estudiantes que escribieran sus opiniones sobre problemas importantes; por ejemplo, si debiera prohibirse fumar en público. Luego les dijeron que un evaluador revisaría sus escritos. Pero el evaluador era falso. Independientemente de lo que escribieran, calificó a los participantes como poco inteligentes, poco interesantes, y poco racionales. Y añadió un comentario insultante: «No puedo creer que una persona educada piense así. Espero que esta persona aprenda algo mientras esté en la universidad». Después de entregarles estos comentarios negativos, los investigadores pidieron a los participantes que escribieran sus pensamientos, centrándose en la causa de sus emociones. Finalmente, a un grupo de participantes se les dijo que pusieran el papel en una caja o en un archivador. A un segundo grupo se les dijo que destruyera el documento en una trituradora. Luego se les pidió a los estudiantes que calificaran su ira después del insulto y después de mantener o desechar el papel. Como era de esperar, todos los participantes informaron un nivel más alto de ira después de recibir comentarios insultantes. Sin embargo, la ira desapareció en las personas que trituraron el papel, mientras los participantes que conservaron una copia impresa del insulto experimentaron solo una pequeña disminución en su ira. Según el estudio, es la eliminación física del papel donde escribes tus sentimientos negativos lo que ayuda a eliminar de tu mente esos sentimientos. Este comportamiento de la mente va en la línea de esa idea que conecta los pensamientos con la actividad del cuerpo, como que la actividad de la mente es una actividad más, integrada con las actividades de los demás órganos del cuerpo, como las manos, los pies, el corazón o los ojos. Este es un ejemplo más de cómo nuestras actividades cotidianas influyen y a veces determinan nuestro estado de ánimo, nuestras capacidades intelectuales y la salud mental. Eres lo que haces. Profesor de la UCO Suscríbete para seguir leyendo

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