Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Esa rara sensación de fin del mundo

    » Clarin

    Fecha: 17/04/2024 06:12

    La guerra Ucrania-Rusa, el ataque a Israel en octubre y ahora el estado de cosas que asumió el conflicto entre Israel e Irán, se convierten para muchas personas en firmes indicios acerca de que "se acaba el mundo". El primer ser humano se paró sobre sus pies en Etiopía y de allí anduvo hasta Irán e Irak, cazó, cultivó en esas tierras por primera vez. Luego, se lanzó a la fortuna por otras tierras, “probablemente” (al decir del escritor inglés y Premio Nobel, William Golding, “con casi toda seguridad”) arrasando con cuanto Neandertal hallaba por el camino. Con el exterminio, y la fusión violenta o más o menos pacífica con ellos, terminó todo vestigio del concepto de razas humanas. Los Neandertal eran una, y los Sapiens, nosotros, otra. Ahora todos somos Sapiens y vivimos en el Holoceno. Algunas personas aun llevan en su ADN restos genéticos de Neandertales, pero es una información que según el antropólogo Yuval Harari es mejor guardarse, no sea cosa que después vengan los racistas con que son mejores los que tienen genes de Neandertal o los que no los tienen. Contarles acá que somos una sola raza, la humana, me parece una verdad de Perogrullo y supongo que se debe estudiar en la escuela. Sin embargo, no viene mal refrescarlo. El ser humano presenta cambios exteriores por su adaptación al medio adonde le tocó habitar: la piel, el cabello, la estatura. Si en algo somos campeones, es en nuestra flexibilidad para la adaptación. Más o menos como pregonaba Darwin en su tiempo, quien mejor se adapte al ambiente, será el más fuerte. Ojo: Charles Darwin no quiso decir que el más fuerte sería el mejor, ni más empático, ni más ético de los ejemplares sobrevivientes. Somos nosotros. Pasamos por una pandemia que se llevó muchísima gente y parece que no aprendimos nada en materia de autodestrucción. A las guerras, podemos sumarle todo lo que venimos viviendo desde el verano. Los mosquitos, las lluvias interminables, el cambio climático que nos tiene azorados. El hecho de que comer cueste cada vez más caro en la Argentina y en casi todos los países del globo; la pandemia fue un factor de empobrecimiento mundial, y cuesta levantar cabeza. Y si seguimos sumando, sumamos las ultraderechas que brotan en el planeta como la maleza.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por